La presencia de organizaciones criminales que se dedican al tráfico de sustancias controladas en el Chapare (Cochabamba), desencadenó en el secuestro y asesinato de alrededor de 15 personas entre el 4 de enero y el 13 de noviembre de este año.
Los pobladores de la región expresaron su preocupación por el incremento de casos de secuestros y asesinatos, los datos compartidos por el Ministerio Público reflejan que solo hasta el mes de mayo diez casos de secuestro fueron denunciados, en los que siete personas fueron asesinadas, muertes relacionadas con el ajuste de cuentas.
Según la información del viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, las disputas por territorios, cobro de deudas y volteos de droga incrementaron los índices de inseguridad con balaceras y secuestros, medidas adoptadas por los sicarios.
En abril, por ejemplo, la Policía identificó el tráfico de armas militares provenientes de Brasil con destino final a la región del Chapare. “Este tipo de armas son adquiridas fundamentalmente para el cuidado de bandas delincuenciales y para actividades delictivas de grupos de narcotraficantes”, refirió.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, mencionó que en la región del trópico de Cochabamba, en 2023 se reportaron 13 secuestros, todos vinculados al narcotráfico, pues las víctimas eran personas que antes protegían a bandas criminales. Aseguró que en el territorio boliviano operaban mafias extranjeras del narcotráfico.
SICARIATO Y DROGA
Un exjefe de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) explicó que el trópico de Cochabamba siempre fue una zona sensible para el narcotráfico, puesto que en algunas poblaciones se vendía droga a vista de todo el mundo, sin ninguna restricción.
“Las balaceras, la presencia de sicarios se deben principalmente al incumplimiento de acuerdos entre narcotraficantes, hechos que no pueden ser denunciados ante la Policía por los vínculos ilegales; cuando el dueño de la droga sufre un robo o volteo siempre buscará recuperar su mercancía y lo hace con extrema violencia”, explicó el uniformado, quien pidió el anonimato.
ALGUNOS CASOS RELEVANTES
El 4 de enero, Rosendo Z. V. (47), murió acribillado cuando se dirigía a su chaco en el municipio de Entre Ríos. Fue ejecutado con diez disparos.
Semanas después, el 28 de febrero en el municipio de Villa Tunari, un padre y su hijo fueron asesinados dentro de su hogar. Las víctimas, un hombre de 68 años, recibió múltiples golpes en la cabeza mientras su hijo, de seis años, fue asesinado con un disparo en la frente.
Los cuerpos fueron sepultados en una fosa, cubiertos con hojas de plátano y estaban a 15 metros de distancia de su vivienda.
///LA PRENSA///
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