Un proyecto binacional liderado por fundaciones de Bolivia y Perú busca transformar los sistemas alimentarios.
Un proyecto binacional innovador, liderado por fundaciones de Bolivia y Perú, tiene como objetivo transformar la manera de abordar los desafíos alimentarios en ambos países.
La iniciativa está gestionada por la Fundación Alternativas y Cosecha Colectiva, de Bolivia, junto con el Instituto de Desarrollo y Medioambiente y Consorcio Agroecológico Peruano, del vecino país.
A través de diferentes actividades educacionales, plataformas multiactor y laboratorios de innovación social (Food Labs), este proyecto trabaja para generar sistemas alimentarios inclusivos y sostenibles, fomentar la colaboración entre ciudadanos, pequeños productores, gobiernos locales y el sector privado.
Estas plataformas, como el Comité Municipal de Seguridad Alimentaria de La Paz (CMSA-LPZ), reúnen a diversos actores para abordar problemas críticos en la seguridad alimentaria y se transforman en espacios clave de diálogo y acción.
El proyecto también ha facilitado la creación de políticas públicas innovadoras. “Uno de los grandes logros es la capacidad de reunir mentes diversas para analizar problemáticas y generar alianzas. Este trabajo se complementa con campañas digitales y acciones de incidencia social y política”, explicó la directora ejecutiva de Fundación Alternativas, María Teresa Nogales.
Entre las actividades realizadas se incluyen conversatorios impulsados desde el «Comité Móvil», que han permitido visitar zonas urbanas y rurales de la Región Metropolitana de La Paz y sostener conversaciones sobre seguridad alimentaria con la ciudadanía. También se han realizado talleres educativos y la obra de teatro ‘Ojos sin Agua’, que sensibilizó a más de 2.000 estudiantes sobre el vínculo entre el agua, el medio ambiente y la alimentación.
El coordinador de Cosecha Colectiva, Ariel de la Rocha, resaltó la importancia de los Food Labs, o laboratorios de innovación social, “que buscan soluciones desde la ciudadanía, promoviendo el consumo sostenible y la demanda de alimentos biodiversos y agroecológicos”.
Las innovaciones generadas no solo han propuesto soluciones concretas, sino que también han incentivado un cambio cultural hacia hábitos alimentarios responsables.
En Perú, el proyecto centró sus esfuerzos en las áreas metropolitanas de Lima y Huánuco, donde se utilizaron las mismas herramientas de plataformas multiactor y los Food Labs.
El proyecto logró avances significativos, como el desarrollo de estudios sobre el estado ambiental de La Paz y su impacto en los sistemas alimentarios, y la creación de guías normativas para fortalecer la seguridad alimentaria.
A pesar de los avances, persisten varios retos. Giselle Núñez, de la Plataforma Boliviana de Acción Frente al Cambio Climático que integra el CMSA-LPZ, destacó la necesidad de vincular las emisiones de gases de efecto invernadero con la producción alimentaria y continuar involucrando a la ciudadanía en la gestión del cambio climático.
La Fundación Alternativas y sus aliados demostraron con el proyecto que es posible transformar los sistemas alimentarios desde la base.
El proyecto, que cuenta con el apoyo de la Cooperación Alemana y Welthungerhilfe, no solo beneficia a Bolivia y Perú, sino que también ofrece un modelo replicable en otras regiones.
Las estrategias empleadas han permitido llegar a comunidades tanto urbanas como rurales e involucrar al sector privado, universidades, estudiantes y ciudadanos en general. Sin embargo, los organizadores reconocen que las propuestas desarrolladas enfrentan desafíos importantes en su implementación, como la burocracia y la falta de recursos, lo que dificulta su adopción por parte de las autoridades.
///BRUJULA DIGITAL///
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