El papa Francisco destacó la necesidad de respetar los derechos humanos en Venezuela, incluidos los de los detenidos recientes, durante su discurso anual ante embajadores acreditados en la Santa Sede. Enfatizó que la crisis política solo puede superarse con la adhesión a valores como verdad, justicia, libertad y respeto a la dignidad humana. También condenó la violencia y abogó por negociaciones de buena fe orientadas al bien común.
El pontífice expresó preocupación por la represión a la Iglesia en Venezuela, incluyendo el arresto de sacerdotes y la interrupción de relaciones diplomáticas. Instó a garantizar la libertad religiosa como base para la paz, afirmando: “No hay verdadera paz si no viene garantizada también la libertad religiosa”. Subrayó que esta libertad incluye la posibilidad de manifestar públicamente la fe y pertenecer a una comunidad.
En su repaso global, mencionó otras crisis regionales, como en Bolivia, Colombia y Nicaragua, resaltando los conflictos sociales, políticos y económicos. Sobre Nicaragua, señaló la disposición del Vaticano al diálogo pese a las restricciones impuestas a la Iglesia. Ante estas problemáticas, Francisco reiteró la importancia del respeto a los derechos fundamentales.
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