El gabinete de seguridad de Israel se reunió el viernes para discutir un acuerdo de alto el fuego con Hamas, que también incluye la liberación de rehenes israelíes y palestinos. La mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos fue clave para lograr este acuerdo. Según la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, si el pacto es aprobado, las hostilidades cesarán este domingo, lo que permitirá el intercambio de prisioneros y establecerá los términos para un eventual fin definitivo de la guerra.
La propuesta de alto el fuego ha sido una de las negociaciones más delicadas, ya que incluye la liberación de 33 rehenes israelíes, entre ellos mujeres, niños, ancianos y personas gravemente heridas. A cambio, Hamas exige la liberación de prisioneros palestinos. Además, el acuerdo prevé la retirada de las fuerzas israelíes de las áreas densamente pobladas de Gaza durante una tregua inicial de 42 días. Sin embargo, la aprobación del acuerdo ha generado divisiones dentro del gobierno israelí, con varios miembros del gabinete, como el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, mostrando su oposición, calificando el acuerdo de «irresponsable». Esta situación ha puesto de manifiesto las tensiones dentro de la coalición gubernamental israelí.
A pesar de las críticas internas, Estados Unidos expresó su confianza en la implementación del alto el fuego. Antony Blinken, secretario de Estado de EE. UU., señaló que esperaba que la tregua se llevara a cabo según lo planeado. La comunidad internacional ha apoyado el pacto, ya que representa una oportunidad para poner fin a la escalada del conflicto, con énfasis en la necesidad urgente de liberar a los rehenes y permitir la ayuda humanitaria a la población palestina.
Por otro lado, las fuerzas israelíes continuaron sus ataques a Gaza, lo que generó una creciente preocupación de que estos bombardeos pudieran poner en riesgo la vida de los rehenes en Gaza. Las Brigadas Ezzedine al-Qassam, el brazo armado de Hamas, advirtieron que los ataques israelíes podrían convertir el acuerdo en una «tragedia», poniendo en peligro la vida de los prisioneros que se esperan liberar en el marco del cese al fuego.
El acuerdo también contempla importantes medidas humanitarias, como la provisión de asistencia para los desplazados palestinos y la reconstrucción de Gaza. Se espera que el acuerdo traiga más de 10.000 millones de dólares en ayuda para reconstruir el sistema de salud de Gaza, devastado por los bombardeos. A nivel internacional, el pacto ha sido respaldado por países como Francia, Arabia Saudita y organizaciones como la OMS y la UNRWA, quienes han llamado a una implementación rápida y efectiva del acuerdo para aliviar la crisis humanitaria.
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