Evo Morales, expresidente de Bolivia, reafirmó su compromiso de no abandonar el país ni traicionar al proyecto político que lidera, a pesar de la orden de aprehensión en su contra por el caso trata de personas. En un mensaje difundido en sus redes sociales, el dirigente del Movimiento al Socialismo (MAS) subrayó que sigue “fortalecido” y que está trabajando para presentar una “opción electoral” que permita continuar defendiendo los intereses del pueblo boliviano, la soberanía y los recursos naturales del país.

Morales también denunció las acciones del gobierno de Luis Arce, acusando de un atentado en su contra el 27 de noviembre de 2024, cuando policías dispararon contra su vehículo en el Trópico. Además, aseguró que el gobierno intentó impedir que su salud fuera revisada por especialistas bajo amenazas, mientras padecía de problemas graves como bronquitis y bradicardia. En su publicación, advirtió que si el gobierno intenta intervenir para capturarlo, serían necesarios más de 1.000 muertos, aludiendo a sus seguidores en la región.

Este panorama ocurre en el marco de un proceso judicial en el que Morales no se presentó a su audiencia, lo que llevó al juez Nelson Rocabado a declarar su rebeldía, congelar sus cuentas bancarias y emitir una orden de aprehensión contra él.