El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, reconoció que el país atraviesa una situación crítica en el sector hidrocarburífero y que el Gobierno está recurriendo a todos los mecanismos posibles para importar combustible, en medio de una profunda escasez y presiones fiscales.

En una entrevista con un medio de TV, el ministro de Defensa, Edmundo Novillo, admitió públicamente que Bolivia ya agotó sus reservas de gas natural y que el país enfrenta serias dificultades para mantener la subvención de combustibles, debido a la falta de producción y a la crisis económica que atraviesa.

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Un país como el nuestro, bloqueado por su Asamblea Legislativa, ha agotado ya sus reservas de gas. No tenemos gas”, afirmó Novillo, al explicar que los nuevos descubrimientos de pozos gasíferos y petroleros requerirán al menos dos o tres años de desarrollo antes de poder ser explotados comercialmente.

El ministro confirmó que el Gobierno está buscando divisas “de donde puede” para garantizar la compra e importación de combustibles, en momentos en que el abastecimiento de diésel y gasolina se ha vuelto irregular en el país. Aunque no detalló cifras ni fuentes de financiamiento, dejó en claro que se están utilizando todos los mecanismos disponibles para evitar un colapso total del suministro.

Novillo justificó la persistencia del modelo de subsidios a los hidrocarburos —cuestionado por sectores empresariales y expertos— señalando que el Ejecutivo está comprometido con proteger a la población más vulnerable. No obstante, admitió que las dificultades fiscales se han profundizado.

Las declaraciones del titular de Defensa se dan en medio de crecientes reclamos sociales por el desabastecimiento de combustibles, largas filas en surtidores y protestas de transportistas y productores afectados por el alza de precios y el contrabando de carburantes hacia países.

La falta de reposición de reservas hidrocarburíferas, sumada a la caída en la producción y a una política de subvenciones insostenible, han puesto al Gobierno contra las cuerdas, en un contexto donde también escasean los dólares y aumentan las tensiones políticas.

Analistas advierten que, si no se toman decisiones estructurales en el corto plazo —como la reactivación de inversiones en el sector energético, la revisión del sistema de subsidios y la implementación de políticas de diversificación— Bolivia podría enfrentar una crisis aún más aguda en los próximos meses.

///EL DEBER///