El exministro de Gobierno Arturo Murillo, actualmente bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en el centro Krome North de Miami, está preparando un pedido de asilo político para evitar su retorno a Bolivia, donde enfrenta ocho procesos judiciales. Según una fuente cercana, “él no está dispuesto a ser trofeo político del masismo” y busca agotar todos los recursos legales disponibles en EE.UU. para permanecer en ese país.
Murillo fue condenado en Estados Unidos por conspiración para lavado de dinero y sobornos relacionados con la compra sobrevalorada de materiales antidisturbios durante la gestión de Jeanine Añez. Tras cumplir parte de su condena, se encuentra ahora en detención migratoria, donde puede permanecer hasta 90 días antes de ser deportado. Sin embargo, expertos legales señalan que la solicitud de asilo puede extender el proceso por meses o incluso un año, aunque la concesión es difícil debido a sus antecedentes penales en EE.UU.
El procurador general de Bolivia, Ricardo Condori, informó que el Gobierno espera la deportación exprés de Murillo, pero también tramita una posible extradición en caso de que no se lleve a cabo la expulsión. El exministro podría, además, intentar la deportación a un tercer país o eludir su regreso con recursos legales. La situación jurídica de Murillo en Estados Unidos está a la espera de la decisión de un juez que evaluará su caso en los próximos días.
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