Bolivia enfrenta su peor episodio inflacionario desde 1987. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa acumulada alcanzó el 15,53 %, superando las metas del Gobierno (7,5 %) y del FMI (15 %). El director del INE, Humberto Arandia, atribuyó el alza al impacto de los bloqueos de junio, que causaron escasez de productos como carne, pollo, papa y cebolla, generando además especulación desde fines de mayo. Solo en junio, la inflación fue del 5,21 %, la más alta en años.
No obstante, economistas como Fernando Romero y Carlos Aranda señalaron causas estructurales como el déficit fiscal, la pérdida de confianza en el boliviano y la emisión descontrolada de dinero. Aranda advirtió: “El dinero pierde valor porque se emitió más de lo que crece la producción”. La tasa interanual bordea el 25 %, lo que amenaza con cerrar 2025 con una inflación histórica cercana al 45 %, afectando especialmente a los trabajadores con ingresos menores a Bs 2.700.
El INE también reconoció que el tipo de cambio paralelo impacta en el precio de productos importados. Mientras tanto, el economista Germán Molina planteó una política de austeridad fiscal para frenar el deterioro económico. Arandia, por su parte, evitó hacer proyecciones y pidió enfocarse en los datos disponibles, aunque admitió que el entorno seguirá siendo volátil.
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