El partido prioriza la inclusión de todos los sectores y advierte que no se puede excluir a millones de bolivianos del proceso electoral
En un escenario político tenso, con amenazas de boicot electoral y ánforas incendiadas, Morena encara su campaña con una estrategia de unidad y apertura, proponiéndose como el articulador de la «izquierda» nacional. El partido aseguró que no busca solo ganar las elecciones del 17 de agosto, sino garantizar que ningún boliviano quede sin representación, especialmente en regiones clave como El Alto, el Chapare o el norte de Potosí.
“Evo Morales no es candidato, pero representa una fuerza real. No podemos construir sin tomar en cuenta a todos los actores”, afirmaron desde la dirección de Morena, dejando claro que habrá puertas abiertas para evistas, arcistas y androniquistas, siempre que se comprometan con el plan de gobierno y un nuevo tipo de Parlamento, sin transfugio ni violencia legislativa.
Morena también reconoció haber enfrentado inhabilitaciones de varios candidatos, aunque esto —dijeron— permitió una renovación de listas, con más mujeres, jóvenes y representantes de sectores vulnerables. “En seis departamentos nuestras candidatas son mujeres”, destacaron.
En Santa Cruz, uno de los focos estratégicos de su campaña, el objetivo es recuperar los 500 mil votos históricos de la izquierda. En ese marco, se menciona a Adriana Salvatierra y Soledad Flores como figuras visibles. En contraste, se descarta el retorno de Carlos Romero, quien ya habría dejado la política activa.
Eva Copa, candidata presidencial y líder de Morena, priorizará Santa Cruz en esta fase de campaña. “Es donde más tiempo estará”, informaron sus voceros. Copa impulsa una línea que supere la confrontación y apueste por el diálogo.
Finalmente, el partido reiteró su rechazo al sabotaje electoral y al llamado al voto nulo: “El país necesita estabilidad y unidad, no exclusión ni violencia”.
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