Los nuevos ataques llegaron justo horas después de que Donald Trump diera un nuevo ultimátum de “10 o 12 días” a Rusia para que alcance un acuerdo que conduzca al fin de la invasión.
El Kremlin parece volver a desafiar a Estados Unidos. Bombas planeadoras y misiles balísticos rusos impactaron diversas regiones de Ucrania desde la madrugada de este martes 29 de julio.
Un total de 22 personas murieron en todo el país.Entre las zonas impactadas se encuentra Zaporizhia, en el sur del territorio ucraniano, donde cuatro potentes bombas planeadoras rusas golpearon una prisión.
Los asaltos mataron a al menos a 17 reclusos e hirieron a más de 80, señalaron las autoridades locales.
Entre los presos heridos, al menos 42 fueron hospitalizados con heridas graves, mientras que otras 40 personas, incluido un miembro del personal, sufrieron lesiones diversas.
Ese ataque destruyó el comedor de la prisión y dañó los edificios administrativos y de cuarentena, pero la valla perimetral resistió y no se reportaron fugas, informaron las autoridades.
La embestida se registró exactamente tres años después de que una explosión matara a más de 50 personas en el centro de detención de Olenivka, en la región de Donetsk, ocupada por Rusia, donde decenas de prisioneros ucranianos fueron asesinados.
Entretanto, en la región de Dnipro, en el centro de Ucrania, las autoridades informaron que misiles rusos destruyeron parcialmente un edificio de tres plantas y dañaron instalaciones médicas cercanas, incluyendo una maternidad y una sala de un hospital municipal. Allí, al menos cuatro personas murieron, incluida una mujer embarazada de 23 años y ocho resultaron heridas.
CONDENA
Las autoridades ucranianas condenaron los nuevos asaltos, al remarcar que atacar infraestructuras civiles, como prisiones, constituye un crimen de guerra según las convenciones internacionales.
La Fuerza Aérea ucraniana informó que Rusia lanzó dos misiles balísticos Iskander-M y 37 drones de ataque tipo Shahed y señuelos contra el país. 32 de las aeronaves no tripuladas Shahed fueron interceptadas o neutralizadas por las defensas aéreas de Kiev, indicó la institución castrense.
MOSCÚ TOMÓ NOTA DE LAS ADVERTENCIAS DE TRUMP
Estas embestidas llegaron justo después de que el lunes 28 de julio el presidente de EEUU, Donald Trump, anunciara que le dará a Putin un nuevo plazo de “10 o 12 días” para detener las matanzas en Ucrania tras más de tres años de guerra.
De esa manera, el líder de la Casa Blanca disminuyó el ultimátum de 50 días que le había dado al líder ruso hace dos semanas para que llegue a un acuerdo que conduzca al fin de la invasión. De lo contrario, aseguró Trump, se sometería a “aranceles del 100%”.
Trump presiona por avances en los esfuerzos por alcanzar una tregua, entre el próximo 7 y el 9 de agosto.
Este martes, Moscú afirmó que había tomado nota de la declaración del presidente estadounidense.
El portavoz del Kremlin Dmitry Peskov declaró a la prensa que Rusia seguía adelante con lo que denomina su “operación militar especial” en Ucrania, pero que también estaba comprometida con un “proceso de paz” que resolvería el conflicto y protegería sus intereses.
El mandatario estadounidense, que durante años se ha mostrado afín a Vladimir Putin, en los últimos días ha mostrado un giro en su postura al tiempo que reconoce frustración por las dilaciones del líder del Kremlin para acabar los ataques.
Si bien los ataques de Moscú han sido incesantes desde que el presidente ruso ordenó la invasión a Ucrania, el 24 de febrero de 2022, en los últimos meses ha aumentado la masividad de drones y misiles empleados, batiendo sus propios récords en una sola jornada.
Las bombas planeadoras, de la era soviética modernizadas con aletas retráctiles y sistemas de guía, han devastado ciudades del este de Ucrania, donde el Ejército ruso intenta penetrar las defensas de Kiev.
Se trata de artefactos que transportan hasta 3.000 kilogramos de explosivos.
RUSIA INSISTE EN ALCANZAR OBJETIVOS EN UCRANIA
En las últimas semanas, la Administración de Putin ha remarcado que está «abierta a la paz» con Ucrania, pero lograr sus objetivos sigue siendo una prioridad.
Así lo reiteró el pasado 20 de julio el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, diera a Moscú el primer plazo de 50 días para acordar un alto el fuego o enfrentarse a sanciones más severas.
Peskov y otros funcionarios rusos han rechazado reiteradamente las acusaciones de Kiev y sus aliados occidentales de estancamiento de las conversaciones que intentan negociar una tregua. Mientras tanto, Moscú continúa intensificando sus ataques de largo alcance contra ciudades ucranianas, lanzando más drones en una sola noche que durante varios meses enteros de 2024 y los analistas prevén que los bombardeos probablemente se sigan intensificando.
El presidente ruso, Vladímir Putin, «ha expresado repetidamente su deseo de lograr una solución pacífica a la crisis ucraniana lo antes posible. Este es un proceso largo, requiere esfuerzo y no es fácil (…) Lo principal para nosotros es alcanzar nuestros objetivos», afirmó.
«Nuestros objetivos son claros», declaró Peskov a la televisión estatal en una entrevista.
El Kremlin ha insistido en que cualquier acuerdo de paz debe implicar la retirada de Ucrania de las cuatro regiones que Rusia se anexionó mediante cuestionados referendos en septiembre de 2022: Donetsk y Lugansk, en el este, y Jersón y Zaporizhia, en el sur de Ucrania.
Sin embargo, se trata de regiones que sus tropas nunca han capturado en su totalidad. Y también asegura que mantendrá el control de la provincia ucraniana de Crimea, que se anexó en 2014.
Además, Moscú exige que Ucrania renuncie a su intento de unirse a la OTAN y acepte límites estrictos a sus Fuerzas Armadas, exigencias que Kiev y sus aliados occidentales han rechazado.
///OPINIÓN///
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