Por: Alvaro Rios
Los recursos naturales son bienes, materiales o fuerzas que encontramos en la naturaleza y que los seres humanos podemos usar para satisfacer nuestras necesidades (alimentación, energía, materias primas y otros). Directo del chat GPT, que he empezado a usar muy recientemente.
Síndrome, por el otro lado, es un conjunto de signos y síntomas que aparecen de manera asociada y que juntos caracterizan una enfermedad, alteración o condición especifica. No es una enfermedad en sí misma, sino un patrón clínico que puede tener diferentes causas, en este caso el nacionalismo por el “saqueo” de algunos recursos naturales.
Voy a empezar manifestando que el síndrome nacionalista es sobre los hidrocarburos y no sobre otros recursos naturales, y que se extiende como un virus, desde Río Grande, en México, hasta la ciudad de Ushuaia, en Argentina.
Debo señalar que en varios países de la región no se percibe el síndrome nacionalista por la explotación y “saqueo” que existe del oro (mayormente ilegal), particularmente en toda la región andina. Intelectuales y políticos progres y la opinión pública en su conjunto hacen la vista a otro lado en este asunto. No solo que se los extrae ilegalmente, sino que además contaminan una cantidad de ríos en nuestra amazonia. Es más, en Bolivia se protege desde hace varios años la extracción ilegal de oro, donde operan una serie de cooperativas al amparo de empresas chinas y de otras nacionalidades.
Y podemos seguir con Colombia, que explota y exporta carbón a varios países del planeta, y todos muy contentos y tranquilos. Perú explota y exporta ingentes cantidades de cobre y otros minerales al igual que Chile. En Bolivia se explotan y exportan varios minerales. Así mismo ocurre con otro sin número de minerales que se extraen en toda América Latina, tanto tradicionales como los nuevos “minerales raros”, entre los que se encuentra el uranio.
Es decir, el nacionalismo sobre la extracción o el “saqueo” de los recursos naturales minerales por parte de “empresas transnacionales” no es causa de fuertes movimientos telúricos sociales en la región. Extraño, ¿no es cierto?
Y es que el nacionalismo y síndrome latinoamericano sobre el “saqueo” de sus recursos naturales está muy focalizado en los hidrocarburos, es decir, el petróleo y el gas natural, por parte de las empresas petroleras. Caso para estudio sociológico. Muchas revoluciones y una serie de nacionalizaciones y expropiaciones se han hecho en el área de los hidrocarburos, desde México a Argentina. Desde la revolución mexicana, pasando por las tres nacionalizaciones en Bolivia y las de Brasil, Colombia, Perú, Venezuela y Argentina. La expropiación a YPF en Argentina mantiene en vilo a esa empresa y al país ante el juicio que se tiene en proceso en USA.
El gas natural no solo causa nacionalismo sino también tensiones de orden geopolítico. Es lo que acontece entre Colombia y Venezuela, con gasoducto construido, demanda en un lado y grandes reservas al otro lado, y no pasa nada.
Frases célebres como las del expresidente Fox de México que espeto: “Que se coman su gas los bolivianos” con relación a la exportación de gas a Norte América. Lo peor de todo es que le doy la razón. El gas se hizo gas y nos lo comimos literalmente todo después de nacionalizarlo. Ni una molécula de gas a Chile, expresaba el también expresidente Carlos Mesa. En Perú el slogan: “el gas es para los peruanos no para fortalecer el norte de Chile” muestra esa nostalgia latinoamericana. El proyecto de exportación vía GNL, en Perú, en Pampa, ha sufrido numerosos embates de los nacionalistas para detenerlo.
Ahora, Argentina se prepara para exportar gas natural vía GNL al mundo. Vamos a ver cómo le va más adelante con los nacionalistas argentinos, cuando tenga que importar GNL en el pico de invierno a precios elevados. En Perú, para no quedarse sin gas natural, como en Bolivia en unos años más, deben incentivar la exploración muy rápidamente y tendrá que tener escala, es decir exportación de GNL en la zona de Candamo y alrededores al sur del país. Vamos a ver qué dicen los nacionalistas peruanos.
En Colombia, el presidente Petro ha frenado la explotación de hidrocarburos de shale gas y las importaciones de GNL (léase gas caro) se triplicarán en las dos décadas próximas. Los que pagarán las consecuencias son sus ciudadanos, con tarifas eléctricas más elevadas y gas para cocinar más caro, desabastecimiento. Hay mucho más, pero el espacio siempre es limitado.
Como reflexión final, manifestaré que frenar la exploración de hidrocarburos y las exportaciones es un acto no deseable porque trae consecuencias económicas y sociales muy desastrosas. Analícese el caso de Bolivia toda desbastecida de energía por no tener producción nacional, por falta de exploración y, lo que es peor, no tiene divisas para importar. Las lecciones son para aprender, están muy claras, se necesita explorar y dejarnos de burdos nacionalismos en esta industria.
Álvaro Ríos fue ministro de Hidrocarburos de Bolivia y es actual socio director de Gas Energy Latin América.
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