El presidente aseguró que su gobierno prioriza el diálogo y criticó los bloqueos impulsados por sectores afines a Evo Morales.
El presidente Luis Arce afirmó este domingo que los hechos de violencia registrados en 2019 fueron consecuencia del “capricho de una reelección” y que su administración no repetirá decisiones que, según dijo, derivaron en muertes y confrontación en el país. Las declaraciones se dieron durante una conferencia de prensa en Cochabamba, en medio del conflicto actual con sectores vinculados al expresidente Evo Morales.
“Ha habido muertes en el país producto de ese capricho. No vamos a volver a repetir esos errores que conducen nada más que al luto de las familias bolivianas”, afirmó el mandatario.
La crisis política de 2019 se originó tras la denuncia de fraude en las elecciones generales por parte de la Misión de Observación Electoral de la OEA, lo que desencadenó protestas, enfrentamientos, y la renuncia de Morales. Según datos de la Defensoría del Pueblo, entre el 30 de octubre y el 27 de noviembre de ese año murieron 35 personas, hubo 861 heridos y 1.531 detenidos.
Arce sostuvo que los actuales bloqueos, impulsados desde el Trópico de Cochabamba, responden a una estrategia para forzar la habilitación de Morales como candidato presidencial, lo cual, según dijo, carece de sustento legal. “Las movilizaciones y bloqueos no solo buscan una candidatura inconstitucional, también impiden que el país acceda a productos básicos de la canasta familiar”, declaró.
El mandatario instruyó el despliegue de operativos de las Fuerzas Armadas y la Policía Boliviana para restablecer el tránsito en las regiones afectadas. “Presidimos un gobierno que no quiere muertes, sino resolver los conflictos a través del diálogo como el mejor de los mecanismos”, señaló.
Arce calificó de “criminales” las medidas de presión que afectan a la población y criticó a Morales por, según afirmó, priorizar intereses personales por encima del bienestar colectivo.
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