Análisis: Raúl Peñaranda

La ratificación de la inhabilitación por parte del Tribunal Constitucional llega en el momento de mayor debilidad de Morales, derrotado después de la organización de un boqueo de carreteras que redujo su popularidad.

Tras años de rivalidad y acusaciones mutuas de máxima gravedad, el fallo del Tribunal Constitucional que ratificó el viernes la inhabilitación de Evo Morales como candidato presidencial implica un gran triunfo para el presidente Luis Arce. Y ahora quiere quedarse también con el control de la sigla.

La ratificación de la inhabilitación por parte del Tribunal Constitucional llega en el momento de mayor debilidad de Morales, derrotado después de la organización de un boqueo de carreteras que redujo su popularidad y lo colocó como contrario a los intereses de los bolivianos, incluida su propia base.

Hoy por hoy, Morales no puede organizar ni un atisbo de protesta porque que su inhabilitación llega cuando ya ha levantado sus medidas de presión: el bloqueo y su huelga de hambre.

La personería jurídica del MAS sigue en disputa entre los bandos arcista y evista. Actualmente, el Tribunal Constitucional, precisamente la instancia que ratificó la inhabilitación del expresidente, prepara un fallo para establecer si el congreso del MAS de la facción arcista, realizado en El Alto en mayo pasado, es reconocido. Con ello, la sigla la tendrá el presidente Luis Arce.

Si eso se cumpliera, las posibilidades de sobrevivencia política de Morales se reducirían de manera notable, ya que en el país solo existen seis siglas actualmente vigentes. Tendría que conseguir un candidato que lo represente en los comicios de 2025 y conseguir, además, una sigla, que sin duda no tendría la fuerza del MAS. Ese candidato podría ser Andrónico Rodríguez, el presidente del Senado.

Fuentes del sistema judicial dijeron a Brújula Digital que el TCP fallará a favor del arcismo en este tema como ya lo hizo con la inhabilitación de Morales. 

Si fuera el caso, Arce tendría la opción de elegir a un candidato de su facción, aunque seguramente con pasibilidades electorales limitadas dada la crisis por la que atraviesa el gobierno y la casi nula popularidad del presidente.

Versiones surgidas en los pasillos de la Asamblea Legislativa señalaron el viernes que Andrónico podría convertirse en un candidato de unidad de las dos alas masistas, pero ello parece improbable porque el arcismo lo considera cercano a Morales. 

“Nadie va a querer estar durmiendo con el enemigo”, dijo una fuente del oficialismo a Brújula Digital. 

La situación actual entraña una crisis muy fuerte para el MAS: Morales inhabilitado, Arce con muy poco respaldo electoral y ambos sumidos en una crisis de legitimidad y popularidad. Esto abre mayores posibilidades para la oposición, aunque también riesgo de fragmentación: debido a que el adversario es débil, más candidatos tendrán aliciente para participar, pero siempre con la salvedad de que no existen siglas partidarias suficientes.

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