El país recibió el reconocimiento oficial de la OMSA tras más de dos décadas de trabajo público-privado. El sector agropecuario celebra el hito, pero advierte que, sin estrategia comercial y diplomacia sanitaria, el avance no se traducirá en mayores exportaciones.

El nuevo estatus puede abrir nuevos mercados para la exportación/Foto: Ricardo MonteroBolivia alcanzó este martes un hito sanitario histórico al ser reconocida como país libre de fiebre aftosa sin vacunación por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). El anuncio fue recibido con satisfacción por el sector agropecuario, que considera este logro como una oportunidad estratégica para ampliar mercados de exportación y posicionar la carne boliviana en destinos de alta exigencia sanitaria.La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), a través de su presidente Klaus Frerking, felicitó al sector ganadero por los más de 20 años de trabajo coordinado que permitieron alcanzar este estatus. Según la CAO, las campañas de vacunación iniciadas en 2001 bajo un modelo de cogestión entre el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) y entidades como Fegasacruz y Fegabeni, fueron clave para lograr este avance.

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“El estatus alcanzado posiciona a Bolivia en un escenario competitivo, pero también exige un compromiso institucional sólido para sostenerlo y proyectarlo. No basta con el mérito sanitario; se requiere un compromiso del Estado para traducirlo en oportunidades reales”, sostuvo Frerking.Desde el sector productivo se advierte que este avance debe ser acompañado por políticas claras de apertura comercial, negociaciones bilaterales con mercados de alto consumo cárnico y una diplomacia sanitaria activa como herramienta para la inserción internacional.“La puerta está abierta gracias al trabajo sanitario, pero entrar depende de una visión de país. Es hora de que la política acompañe al esfuerzo productivo con acciones concretas y planificación a largo plazo”, remarcó el líder del ente agropecuario.

El reconocimiento internacional no solo mejora la imagen de Bolivia como proveedor confiable de carne bovina, sino que también implica una mayor responsabilidad para mantener los estándares sanitarios alcanzados. Para los ganaderos, este es el momento de transformar el mérito técnico en una verdadera oportunidad de desarrollo económico para el país.

///EL DEBER ///