El Vaticano ha iniciado este miércoles el cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco, con 133 cardenales de 70 países ingresando a la Capilla Sixtina bajo un estricto aislamiento. Este será el cónclave más diverso en la historia de la Iglesia, reflejo de las designaciones del propio Francisco, que incluyó cardenales de regiones antes no representadas como Mongolia, Suecia y Tonga. La votación requiere que uno de ellos alcance 89 votos para convertirse en el 267º Papa, en un proceso marcado por incertidumbre y solemnidad.

La jornada comenzó con una misa en la basílica de San Pedro presidida por el cardenal Giovanni Battista Re. A las 16:30, los cardenales ingresaron en procesión a la Capilla Sixtina, invocando al Espíritu Santo con cánticos tradicionales. Una vez adentro, se proclamó el “extra omnes” para cerrar las puertas y dar inicio a la elección, donde cada voto se deposita de manera individual, siguiendo un juramento de conciencia. El humo negro que saldrá esta tarde indicará si no hubo consenso.

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La votación se repetirá en sesiones dobles cada día hasta que haya un resultado. Las papeletas se perforan y se atan antes de ser quemadas, emitiendo humo blanco si hay Papa. Este ritual milenario se desarrolla bajo reglas estrictas que buscan evitar toda influencia externa y garantizar una elección guiada únicamente por la fe y el discernimiento espiritual.