El 29 de diciembre de 2024, el vuelo 7C2216 de Jeju Air, con 181 ocupantes a bordo, sufrió un trágico accidente en el aeropuerto internacional de Muan, Corea del Sur. El avión, un Boeing 737-800, no desplegó su tren de aterrizaje durante el aterrizaje forzoso, lo que causó que derrapara y colisionara contra un muro fuera de la pista, incendiándose luego del impacto. Este desastre dejó 179 muertos y es considerado la peor tragedia aérea en Corea del Sur en años, así como la más grave a nivel mundial en 2024.
Las autoridades surcoreanas han prohibido la salida del país al CEO de Jeju Air, Kim E-bae, y a otro alto ejecutivo de la aerolínea, como parte de la investigación sobre las posibles causas del accidente. Ambos podrían enfrentar cargos por negligencia, que en virtud de la legislación surcoreana conllevan penas de hasta cinco años de prisión y una multa de 20 millones de wones (aproximadamente 13.600 dólares). La decisión de la policía responde a la necesidad de determinar si hubo fallos en los procedimientos de operación y mantenimiento que pudieran haber contribuido a la tragedia.
La Policía provincial de Jeolla del Sur, donde ocurrió el siniestro, allanó este 2 de enero las oficinas de Jeju Air en Seúl y su centro de operaciones en el aeropuerto de Muan, buscando información sobre las rutinas de mantenimiento del avión y el cumplimiento de los protocolos de seguridad. Además, se ha comenzado a analizar los datos de la grabadora de voz de la cabina, lo que podría arrojar información clave sobre los últimos momentos del vuelo, que partió desde Bangkok, Tailandia.
El análisis de la caja negra del avión ha sido enviado a Estados Unidos, en cooperación con la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), que colaborará en la investigación. A su vez, las autoridades surcoreanas han ordenado una inspección exhaustiva de todos los aviones del modelo Boeing 737-800 en operación en el país, debido a las preocupaciones sobre posibles fallos estructurales. Los expertos han señalado que la estructura rígida del aeropuerto de Muan, donde se encontraba la antena de navegación, podría haber sido un factor que contribuyó a la explosión fatal tras el impacto. La tragedia ha dejado en evidencia fallos no solo en la operación de la aeronave, sino también en la infraestructura del aeropuerto.
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