La destrucción de más de 12,000 estructuras en los incendios Palisades y Eaton afectó gravemente a trabajadoras domésticas, muchas de ellas inmigrantes. Estas mujeres, empleadas en hogares destruidos, quedaron sin ingresos y excluidas de ayudas gubernamentales debido a su estatus migratorio. Organizaciones como Celebration Nation y NDWA han intervenido con apoyo financiero y distribución de suministros, pero el problema persiste ante el alto costo de vida en California.

La informalidad del sector laboral doméstico agrava la situación. La falta de contratos y beneficios como seguro médico deja a estas trabajadoras en extrema vulnerabilidad durante crisis. Según la NDWA, más del 90% de estos empleados son mujeres, en su mayoría de comunidades minoritarias. Además, algunas han sido expuestas a condiciones inseguras al trabajar en la limpieza de escombros, incrementando los riesgos de salud sin garantías laborales.

A pesar de los esfuerzos inmediatos, las trabajadoras enfrentan un futuro incierto. La pérdida de ingresos, redes de apoyo y estabilidad laboral pone de relieve la necesidad de reformas estructurales, como fondos de desempleo y mayor protección en emergencias. Las organizaciones abogan por soluciones a largo plazo que garanticen derechos y seguridad para estas comunidades.