El Gobierno anunció este martes que trabaja en un plan para garantizar que los bolivianos accedan al «mejor precio del pan», tras la anulación de la subvención a la harina destinada a la elaboración del pan de batalla.
El Defensor del Pueblo, Pedro Callisaya, llamó al Gobierno y a las alcaldías a fijar un “precio accesible” para el pan de batalla. La autoridad señaló que es necesario dar certidumbre a la población y evitar impactos negativos en la economía familiar.

«Hemos manifestado nuestra profunda preocupación porque la marraqueta debe mantenerse a un precio accesible para la población. Hay incertidumbre y una pelea interna sobre si va a costar 0,50 centavos u 0,80 centavos. Tiene que haber una acción estatal, desde las alcaldías hasta las instancias de control del nivel central», afirmó Callisaya.

El Defensor también pidió acelerar la redistribución de competencias tras la incertidumbre generada por la posible desaparición del Viceministerio de Derechos del Consumidor, que era la instancia encargada de realizar controles y brindar un referente para la ciudadanía.

La tensión por el precio del pan se intensificó el pasado 26 de noviembre, cuando el presidente de la Confederación Nacional de Panificadores de Bolivia (Conapabol), Rubén Ríos, anunció el incremento de 0,50 a 0,80 centavos por unidad. El dirigente acusó al viceministro de Comercio y Logística Interna, Gustavo Serrano, de no convocar al diálogo y romper el convenio sobre la provisión de harina subvencionada.

En respuesta, el Gobierno informó este martes que trabaja en un plan para garantizar “el mejor precio del pan” tras la anulación del subsidio.

“Estamos trabajando para que la población, en su legítima necesidad, tenga ese elemento fundamental que es el pan, pero al precio ideal, mediante un trabajo transparente y sin corrupción”, señaló el ministro de Desarrollo Productivo, Óscar Mario Justiniano.
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