Entre el 7 y el 15 de julio, el Movimiento en Defensa del Valle de Tucabaca detectó 158 focos de calor con alta probabilidad de convertirse en incendios forestales. La organización utilizó imágenes satelitales de VIIRS y Google Earth Engine para identificar zonas con temperaturas mayores a 340 kelvin, lo que representa una alerta de fuego real. También se captaron columnas de humo y fuego activo en áreas no autorizadas para chaqueos, en especial en territorios de uso forestal vinculados a asentamientos ilegales y colonias menonitas.
Mientras las autoridades minimizan los focos asegurando que “no necesariamente son incendios”, las evidencias muestran patrones de daño ambiental similares a los registrados en la crisis de 2024. “El fuego es real. El daño ambiental también”, afirmó el movimiento, que documentó los casos con apoyo del grupo Alas Chiquitanas. Advirtieron que muchos de estos incendios ocurren en zonas con uso irregular de suelo.
El monitoreo oficial también muestra un aumento alarmante. Solo este miércoles se registraron 1.689 focos de calor a nivel nacional, 1.482 de ellos en Santa Cruz, según datos del Ministerio de Medio Ambiente. Leonardo Claure, del Sistema Satif, reportó que los puntos más críticos están en la Chiquitania: San Ignacio, Concepción, Roboré y San José. Las autoridades insisten en evitar quemas, recordando que la autorización vigente excluye áreas protegidas y vence el 31 de julio.
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