Obras de Gabriel García Márquez, entre los clásicos retirados de bibliotecas escolares, reflejan un patrón de censura educativa en varios estados del país
Durante el curso escolar 2024-2025, distritos de varios estados de Estados Unidos han decidido retirar o limitar el acceso a dos de las obras más emblemáticas de Gabriel García Márquez: Cien años de soledad y El amor en los tiempos del cólera. La medida forma parte de una ola de censura educativa que, según la organización PEN America, ha afectado a casi 4.000 títulos en 87 distritos escolares de 23 estados.
El informe más reciente de PEN America registró 6.870 casos de prohibiciones o restricciones de libros entre julio de 2024 y junio de 2025, una cifra que, aunque representa una leve reducción respecto al año anterior, revela una “normalización preocupante” de la censura en el sistema educativo estadounidense.
Florida (2.304 casos), Texas (1.781) y Tennessee (1.622) encabezan la lista de los estados con más prohibiciones. En algunos distritos de Florida, la versión en inglés de Cien años de soledad fue retirada de las bibliotecas escolares por supuestas escenas “inapropiadas para menores”. En Tennessee, obras como Fahrenheit 451, de Ray Bradbury, o el Diario de Ana Frank también fueron vetadas, reflejando un sesgo ideológico en las decisiones.
La censura no se limita a García Márquez. Entre los autores más cuestionados figuran Stephen King, Ellen Hopkins y Sarah J. Maas, todos con más de un centenar de casos. Además, más de una veintena de Premios Nobel de Literatura han visto restringidas sus obras desde 2021, entre ellos José Saramago, Kazuo Ishiguro, J.M. Coetzee, William Golding y Ernest Hemingway.
El informe, titulado La normalización de la prohibición de libros, alerta que desde 2021 se han documentado 22.810 casos de censura en 45 estados. La organización advierte que “nunca antes en la historia de Estados Unidos se habían retirado sistemáticamente tantos libros de las bibliotecas escolares”.
Los impulsores de estas restricciones alegan que los textos contienen referencias sexuales, lenguaje explícito o contenidos ideológicos inapropiados, pero críticos y docentes sostienen que se trata de un intento por imponer una visión moral y política única, limitando el acceso de los estudiantes a perspectivas literarias diversas.
Según PEN America, la exclusión de Cien años de soledad simboliza una pérdida cultural y educativa: un reflejo de cómo el miedo y la ideología están reemplazando la libertad de lectura en el país que alguna vez se presentó como defensor de la libertad de expresión.
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