Menor liquidación del agro, presión financiera y dudas sobre el rumbo económico impulsaron el salto cambiario más fuerte desde mayo

Julio fue un mes marcado por una fuerte tensión cambiaria en Argentina. Pese a los esfuerzos del Gobierno por sostener las cotizaciones, el mes cerró con una suba acumulada del 13% en el mercado de divisas, arrastrado por una serie de factores económicos y financieros que empujaron a los dólares a niveles récord.

Entre las causas más relevantes se destacan la menor liquidación del agro, el fallo adverso por la causa YPF en EE.UU., el cobro de aguinaldos, el desarme de letras fiscales y el cierre de posiciones de carry trade. Todo esto en un contexto de incertidumbre por las señales que emite el Gobierno en materia monetaria y cambiaria.

El dólar oficial minorista cerró en $1380 en las pantallas del Banco Nación, con un alza de $165 en el mes (+13,6%). En entidades privadas como Supervielle y Macro incluso tocó los $1400, mientras que el promedio general relevado por el Banco Central (BCRA) se ubicó en $1385,65.

En el segmento mayorista, el tipo de cambio finalizó julio en $1370,20, tras subir $167 (+14,1%), el mayor aumento desde el lanzamiento del régimen de bandas de flotación en abril, que fija un piso en $966 y un techo de $1449, según estimaciones de Portfolio Personal Inversiones (PPI).

Con este salto, el índice del tipo de cambio real multilateral (ITCRM) subió un 6,2%, alcanzando su punto más alto desde mayo. Esta dinámica fue destacada por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien celebró el aumento del tipo de cambio real sin un traslado significativo a precios como un logro frente a la oposición.

El dólar financiero también registró avances: el MEP cerró en $1359,76 (+12,3%) y el contado con liquidación (CCL) en $1358,82 (+12,3%), mientras que el blue en las cuevas de la City porteña llegó a $1335, sumando $120 en el mes (+9,9%).

Según Fernando Baer, de Quantum Finanzas, “fue un mes de reordenamiento monetario”, donde el Banco Central busca sostener el tipo de cambio con el acompañamiento del FMI, pero los interrogantes sobre el camino a seguir siguen empujando al alza.

El mercado también reaccionó ante el bajo nivel de renovación de deuda en pesos. En la última licitación, el Tesoro solo logró un rollover del 76%, dejando $2,8 billones circulando, de los cuales se estima que $1 billón fue a dólares, lo que reforzó la presión en las últimas ruedas.

Para Fernando Camusso, de Rafaela Capital, el desafío está en evitar que esta dinámica derive en un traslado a precios, algo que por ahora no ocurrió gracias a la intervención oficial mediante futuros de dólar, aunque advirtió que es un frente que requiere monitoreo constante.

En la Bolsa, el S&P Merval rebotó un 16,28% en julio, con subas destacadas en Transener (+26,8%), Transportadora de Gas del Sur (+25,9%) y Pampa Energía (+23,7%). En Wall Street, sin embargo, predominaron las bajas en las acciones argentinas, con Globant y Tenaris cayendo hasta -6%.

En cuanto a los bonos, julio cerró en rojo: los Bonares y Globales retrocedieron hasta -1,89%, aunque el riesgo país bajó a 716 puntos, favorecido por el acuerdo con el staff del FMI y la compra de más de US$1500 millones por parte del Tesoro, lo que contribuye a la acumulación de reservas.

Julio dejó un mensaje claro: el mercado cambiario está lejos de haberse estabilizado. El repunte de los dólares refleja la fragilidad del equilibrio y la necesidad de recalibrar las políticas económicas, si el objetivo es evitar un nuevo impacto en los precios y la confianza.