El conteo rápido de Captura Consulting perfila un escenario de equilibrio político en la Cámara Alta, donde ninguna fuerza podrá gobernar en solitario. Ningún partido alcanza los dos tercios. Hay pactos previsibles.
De acuerdo con los datos, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Rodrigo Paz alcanzó 15 senadores, consolidándose como la primera fuerza parlamentaria. La alianza Libertad y Democracia (Libre) de Jorge Tuto Quiroga se ubicó en segundo lugar con 12 escaños, mientras que la alianza Unidad, liderada por Samuel Doria Medina, logró ocho senadores.
En tanto, Manfred Reyes Villa (APB-Súmate) obtuvo un escaño y el resto de las fuerzas políticas —incluyendo al Movimiento Al Socialismo (MAS) de Eduardo Del Castillo, Alianza Popular de Andrónico Rodríguez, La Fuerza del Pueblo de Jhonny Fernández y ADN de Pavel Aracena— no lograron representación en el Senado en este primer cálculo.
La muestra trabajada se construyó en base a 567 mesas, que representan a 131.786 votantes habilitados. Si bien los datos no constituyen resultados oficiales, ofrecen una primera radiografía de la correlación de fuerzas en la Cámara de Senadores, donde por primera vez en muchos años, el masismo y sus diferentes ramificaciones no tendría presencia.
Con esta configuración, el PDC se posiciona como la primera mayoría parlamentaria, lo que por norma y reglamento le permitirá proponer al próximo presidente del Senado. Sin embargo, las cifras muestran que ninguna bancada podrá garantizar por sí sola la aprobación de leyes, ya que en algunos casos se requiere mayoría simple y en otros, dos tercios de votos.
Para asegurar la gobernabilidad, el PDC deberá tejer acuerdos con otras fuerzas. Con el respaldo de Unidad podría conformar un bloque de 23 senadores, suficiente para aprobar normas con mayoría simple, pero insuficiente para alcanzar los 24 votos que representan los dos tercios necesarios. Ahí podría jugar un papel clave el senador de APB-Súmate, si se mantiene la composición prevista en la muestra de Captura.
En ese escenario, el entendimiento con Libre puede ser inevitable en determinados casos, pues sus 12 senadores se convierten en un factor decisivo para dar viabilidad a iniciativas de mayor alcance.
Por departamentos
En opinión del analista político Franco Gamboa, la fragmentación del voto opositor reflejado en las diferentes bancadas obligará el retorno de “gobiernos de coalición”, lo que implica ciertos desafíos para la estabilidad democrática.
“La concentración del Poder Ejecutivo en una sola figura como el presidente, choca con la dispersión del Poder Legislativo, fragmentado en múltiples actores con intereses, en alguna medida, irreconciliables”, explica Gamboa. En ese contexto y con la gobernabilidad en juego, lo que queda es por construir una nueva “hegemonía democrática”, que no sea una concentración del poder, sino una estrategia para articular coaliciones amplias y estables.
La distribución de escaños obliga a dejar de lado los bloques rígidos y dar paso a una política de acuerdos, en la que el PDC tendrá la primera palabra, pero no la última.
///EL DEBER///
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