La Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) incrementó ocho veces la compra de harina destinada a la subvención panificadora: de 117.551 quintales en 2023 a 974.778 en 2024, lo que representa un alza del 729%. El gerente Richard Rojas presentó el informe en la Cámara de Diputados, detallando además que el precio por quintal pasó de Bs 231 en promedio a un rango de Bs 270 a 315. La lista de proveedores también se amplió, con nuevas empresas en la gestión 2024.
El economista Fernando Romero calculó que el gasto estatal saltó de Bs 27,1 millones en 2023 a más de Bs 285 millones en 2024, lo que calificó como una presión directa al déficit fiscal. Por su parte, Germán Molina consideró “sorprendente e inexplicable” el incremento, comparándolo con el consumo de pan de una familia que, de un año a otro, se hubiera multiplicado de manera desproporcionada. Ambos coincidieron en que los datos reflejan inconsistencias que ameritan explicaciones más claras.
Mientras tanto, el precio de entrega a panificadores se redujo alrededor de un 10% en comparación con 2021, pese al mayor costo de adquisición. El presupuesto estatal para mantener el precio del pan en 40 y 50 centavos alcanza este año los 1.200 millones de bolivianos, aunque Santa Cruz, Pando y Tarija no reciben harina subvencionada. La Rendición Pública de Cuentas de Emapa reportó que las entregas de bolsas subieron apenas un 4% entre 2023 y 2024, lo que refuerza las dudas sobre el salto en las compras de harina
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