En Cochabamba, los choferes de buses interdepartamentales enfrentan largas filas de hasta seis horas para cargar diésel, lo que afecta significativamente la frecuencia de viajes. Según declaraciones de conductores, estas esperas prolongadas no solo alteran los horarios de salida, sino que también generan condiciones adversas para ellos, quienes pasan largas horas sin descansar ni alimentarse.

“Ya estamos cansados de hacer fila para diésel, sin dormir y sin comer”, mencionó un conductor afectado, añadiendo que la situación mejora únicamente cuando el camión cisterna llega a la estación y descarga rápidamente el combustible. Esta irregularidad también impacta a los pasajeros que esperan en la terminal, enfrentando retrasos en sus itinerarios.

Por su parte, una vendedora de la terminal destacó que, a pesar de los inconvenientes, se esfuerzan por mantener la regularidad en los viajes. Sin embargo, la solución parece depender de una mejor distribución de combustible, que esperan se estabilice en los próximos días.