Con la quita de los subsidios a los combustibles, Bolivia enfrentaría un escenario de alza de la inflación y del tipo de cambio, aunque los matices se encuentran en la intensidad y prolongación de estos fenómenos si es que el ajuste se aplica con shock o de manera gradual, según una investigación publicada por el Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad) este septiembre.

El estudio consistió en la simulación de diferentes escenarios, particularmente de levantamiento del subsidio a carburantes con shock o gradualidad. El documento se denomina Impacto macroeconómico de la eliminación del subsidio a los hidrocarburos en Bolivia: Análisis de reformas abruptas y graduales, realizado por Javier Aliaga y Ronaldo Terrazas.

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De manera general, los modelos aplicados coinciden en que eliminar el subsidio generaría un choque inflacionario de gran magnitud, presión para el tipo de cambio paralelo y un repunto transitorio del Producto Interno Bruto.

La inflación subiría

En el caso de quitar el subsidio de manera de shock, el estudio advierte que se produce un incremento inmediato y pronunciado de la inflación, que alcanzaría su punto máximo en el segundo trimestre posterior a la medida, sin embargo, esto representa un patrón transitorio, puesto que se converge gradualmente hacia su nivel de equilibrio en torno al cuarto o quinto trimestre.

En cifras de la simulación, un shock con la quita del subsidio llegaría a generar una inflación del 32% interanual al segundo trimestre, pero luego se moderaría en los siguientes periodos.

En el caso de una quita gradual, se suaviza el impacto inmediato en el alza de la inflación, no obstante, conduce de todas maneras se conduce a niveles persistemente elevados de incrementos de precios, es decir, no se elimina la magnitud necesaria del ajuste.

Tipo de cambio también

En el caso del tipo de cambio del dólar, el estudio muestra una dinámica similar a la de la inflación.

Es decir, en el caso de shock, la moneda nacional se depreciaría en el inicio llegando a su tope con 84% al segundo trimestre respecto al periodo anterior de la medida, aunque después de estabiliza.

De la misma manera, la gradualidad reduce la magnitud inicial del ajuste del tipo de cambio, pero prolonga las presiones cambiarias y se estabiliza tras una curva ascendente. «Este comportamiento confirma que la gradualidad modifica la secuencia temporal del ajuste, pero no elimina la necesidad de corrección», indica el documento.

El Producto sube, pero como espejismo

El Producto Interno Bruto, en la simulación de shock, muestra una expansión inmediata de 12,5% en el primer trimestre, pero esto es una tendencia transitoria, puesto que «a partir del segundo trimestre la brecha comienza a cerrarse y, en el horizonte de un año, se torna negativa».

Esto se explica, según el estudio, porque los hogares y empresas anticipan sus gastos ante la expectativa del alza de precios. Pero en última instancia, la reducción de los ingresos reales y encarecimiento de insumos harán que la evolución del producto llega a valores negativos.

En el caso del escenario gradual, la variación no presenta esa magnitud del fenómeno, pero termina convergiendo en el lapso de un año.

La solución: un híbrido

Ante la luz de la simulación, los autores del estudio se inclinan por un esquema híbrido para eliminar el subsidio de hidrocarburos.

Esta solución consiste en un «ajuste inicial significativo —suficiente para reducir de inmediato las presiones fiscales y externas— con fases cortas y calendarizadas de convergencia hacia el precio de mercado».

La propuesta incluye un ajuste rápido acompañado de medida compensatorias focalizadas.

Sugieren que este plan contemple reducir la base monetaria; reducir progresivamente el financiamiento monetario al déficit; intervenir temporalmente en mercados estratégicos, como transporte y alimentos básicos; reforzar la credibilidad mediante metas fiscales explícitas, compromisos verificables de disciplina monetaria y una hoja de ruta clara para el régimen cambiario.

Enfatizaron en la necesidad de que el plan integral de anclaje de expectativas. deba basarse en “comunicación clara y consistente, coordinación entre política fiscal y monetaria, y medidas transitorias para contener la indexación automática de precios y salarios”.

Para el tipo de cambio, plantean combinar un esquema de bandas de flotación, con intervenciones esterilizadas y fortalecimiento de mecanismos de cobertura.

El ahorro del ajuste fiscal, según sugieren, debe distribuirse en transferencias monetarias directas y programas temporales de compensación focalizada, además de inversiones públicas y privadas de alto multiplicador.

El estudio está disponible en: https://www.inesad.edu.bo/2025/09/10/impacto-macroeconomico-de-la-eliminacion-del-subsidio-a-los-hidrocarburos-en-bolivia-analisis-de-reformas-abruptas-y-graduales/.

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