Santa Cruz enfrenta una crisis por los incendios en el municipio de Roboré, que han devastado más de 10.000 hectáreas de reservas forestales. La flora y fauna local han sido gravemente afectadas, dejando a tres comunidades en riesgo y los operativos de control obstaculizados por la falta de diésel y gasolina.

Kathiuska Suárez, encargada de comunicación de la Alcaldía, informó que el fuego se ha salido de control y urge el apoyo aéreo del Viceministerio de Defensa Civil. «Como Alcaldía ya no tenemos presupuesto», señaló Suárez, solicitando también ayuda económica y logística a la Gobernación departamental y al Gobierno central.

Las comunidades más afectadas, San Lorenzo Nuevo, San Lorenzo Viejo y Naranjo, se encuentran en alerta roja. Las llamas avanzan sin control, dejando un panorama desolador con animales calcinados encontrados en la carretera bioceánica.

La diputada María René Álvarez, de la agrupación Creemos, criticó la falta de coordinación entre los niveles central, departamental y municipal para sofocar el fuego. Reiteró que los avasallamientos de tierras son la principal causa de estos desastres ambientales.

Las organizaciones locales emitieron un comunicado conjunto, denunciando la ausencia del Gobierno o la implementación de medidas ineficientes. Los incendios forestales descontrolados continúan provocando graves daños ambientales y contaminación, afectando la fauna y flora en las reservas forestales.