El Gobierno aseguró que no ocultó el informe del FMI, el cual advierte que la economía boliviana atraviesa una situación “precaria”, con apenas 1,1% de crecimiento proyectado para 2025 y una inflación del 15,1%. El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, afirmó que ya autorizaron la publicación del informe y que el retraso fue decisión del propio organismo. “No tenemos programa financiero con el Fondo”, explicó, reiterando que no existe obligación de difundir estos informes.

Pese al contexto, el Ejecutivo insiste en mantener el veto a las exportaciones de productos como carne, asegurando que la prioridad es el abastecimiento interno. Montenegro señaló que solo se permitirá la venta al exterior si se garantiza primero el mercado nacional. Sin embargo, desde el IBCE, Gary Rodríguez advirtió que es necesario permitir exportaciones para atraer dólares, generar confianza y evitar una mayor fuga de capitales. “Debe darse un sinceramiento de precios y señales claras del Gobierno”, dijo.

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El economista Germán Molina criticó duramente el modelo vigente. “El Gobierno sigue insistiendo en un modelo agotado”, afirmó, y atribuyó la inflación a la escasez de diésel y al dólar paralelo. Mientras tanto, sectores como el transporte pesado protestan con bloqueos en rutas clave como La Paz-Oruro y Desaguadero, exigiendo una solución a la falta de combustible y el alza en los costos de vida.