Un devastador incendio forestal en el Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) San Matías, en Santa Cruz, ha alcanzado una extensión de 120 kilómetros de longitud y 100 kilómetros de ancho, amenazando comunidades y desafiando los esfuerzos de contención.

El incendio en el ANMI San Matías sigue descontrolado a pesar de las lluvias recientes, propagándose sin tregua y causando estragos en comunidades como Candelaria, Natividad de Bahía, San Fernando, Buena Vista, San Roque y otras en el sur y noroeste de la región.

Oswaldo Maillard, del Observatorio del Bosque Seco Chiquitano de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), reportó que casi 1 millón de hectáreas han sido consumidas desde que comenzó el fuego hace un mes en San Matías. La situación ha superado la capacidad de respuesta de guardaparques, militares, bomberos y comunidades locales, que están luchando incansablemente para proteger sus hogares y cultivos.

Maillard describió las condiciones críticas con fuertes vientos y sequedad, ideales para la propagación del fuego, en una temporada sin lluvias que normalmente extiende estos incendios hasta octubre.

Además, otro incendio significativo afecta áreas como Roboré y San Lorenzo, con aproximadamente 51,000 hectáreas quemadas hasta principios de agosto, mientras que en San Ramón las lluvias recientes han proporcionado un respiro temporal.

La lucha continúa en Puerto Suárez y Puerto Quijarro, donde persisten varios focos de calor. La situación es desafiante con la intensa humareda y el calor sofocante, amenazando también la salud de los residentes.

Este desastre sin precedentes en los bosques de Santa Cruz refleja una crisis ambiental urgente, requiriendo una respuesta coordinada y efectiva para mitigar los daños y proteger las vidas y los recursos naturales de la región.