La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) denunció la existencia de “cooperativas fantasmas” que sacaban combustible directamente de plantas de YPFB y anunció la inhabilitación de 6.398 tarjetas B-SISA, que representan 4,5 millones de litros mensuales y significan para el Estado 50 millones de bolivianos al mes.
“Sabemos que hay cooperativas fantasmas que sacan combustible directamente de plantas de YPFB (…). Empezaremos a informar a las instancias competentes para que nos ayuden en este control”, informó este miércoles la directora ejecutiva de la ANH, Margot Ayala, en una conferencia de prensa.
TARJETAS B-SISA
La autoridad también anunció la inhabilitación inmediata de 6.398 tarjetas B-SISA entregadas a varios sectores, pero que fueron mal utilizadas, generando un daño económico al Estado de más de 50 millones de bolivianos mensuales.
Las tarjetas se emitieron bajo el Decreto Supremo N° 2243 de enero 2015, que autoriza la compra de diésel entre 120 a 1.200 litros mensuales. Sin embargo, los primeros análisis de la ANH identificaron que gran parte del combustible era desviado al mercado negro, ya que no se realizó un control por parte del ente regulador, en la anterior gestión.
Ayala explicó que, desde el año 2015, se entregaron 29.610 tarjetas B-SISA, pero durante diez años no se realizaron procesos de verificación ni depuración.
En el primer mes de gestión, la nueva administración detectó estas 6.398 tarjetas observadas, que representaban el consumo de más de 4,5 millones de litros de diésel.
EL POTOSÍ

