El proceso electoral subnacional de 2026 enfrenta dos retos clave: la corrección de la histórica sobrerrepresentación en asambleas departamentales y la resolución de distorsiones en casos como Tarija y Beni. El analista Fabián Yaksic explicó que el proyecto de ley excepcional debe garantizar que la asignación de escaños refleje fielmente el voto ciudadano, evitando que partidos logren mayorías artificiales en regiones donde no ganaron. “Es un tema crítico que tiene que ver con la asignación de escaños para asambleístas departamentales”, afirmó.
Yaksic recordó que en 2021 la fórmula de distribución permitió que el MAS alcanzara mayoría en cinco departamentos pese a haber perdido las elecciones en esas regiones. El problema, dijo, está en un sistema que mezcla cupos fijos provinciales con distribución proporcional, sin aplicar mecanismos de compensación como en la elección de diputados. A ello se suma el caso de Tarija, donde conviven autoridades electas con competencias superpuestas, y el de Beni, donde la proporcionalidad de escaños no refleja adecuadamente la población.
Por su parte, Sandra Verduguez, de la Fundación Jubileo, advirtió que los comicios subnacionales serán más complejos que los nacionales, tanto en logística como en administración. Señaló limitaciones presupuestarias, el cambio inminente de vocales y la necesidad de corregir falencias ya vistas en 2021, como el diseño confuso de papeletas, la alta proporción de votos nulos y blancos, y la baja inclusión de jóvenes, mujeres e indígenas. En total, 4.962 autoridades dejarán sus cargos, lo que vuelve urgente ajustar la normativa y la organización.
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