El régimen de Nicolás Maduro entregó fusiles de asalto rusos a miembros de la «Milicia Bolivariana» en un acto llevado a cabo el 7 de enero en el palacio presidencial de Miraflores, Caracas. Los fusiles Kalashnikov fueron proporcionados a civiles, quienes juraron «lealtad» a Maduro, quien se autoproclamará presidente el 10 de enero para un tercer mandato. La ceremonia se realizó en un contexto de tensiones políticas, con la oposición liderada por María Corina Machado convocando protestas por lo que consideran un fraude en las elecciones de 2024, en las que Edmundo González Urrutia fue proclamado vencedor.
Los milicianos de Maduro, sin formación militar oficial, ahora están armados con rifles de fabricación rusa. El acto de distribución de armamento se produce en medio de la creciente presión social y política contra el régimen, que enfrenta denuncias de represión y persecución. En paralelo, las fuerzas de seguridad, junto a los llamados «colectivos» chavistas, patrullan las principales ciudades mientras Diosdado Cabello, ministro de Interior, promete una represión severa contra los opositores.
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