La escasez de harina suministrada por Emapa obliga a suspender la elaboración de la marraqueta, mientras el gremio analiza nuevas acciones.
Sábado, 26 de octubre de 2024 (Encontrados).-Los panificadores de El Alto y La Paz han decidido suspender temporalmente la producción de la tradicional marraqueta debido a la falta de harina subvencionada, que la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) no les ha entregado desde hace meses. A pesar de esta medida, el gremio ha asegurado que continuará con la elaboración de otros panes, como la sarna y el pan especial, para abastecer a la población.
«Ya hemos optado por suspender la marraqueta porque sale menos cantidad y no hay harina. Esta decisión se tomó bajo la instrucción de la federación, y para abastecer estamos haciendo pan surtido», explicó Juan de Dios Castillo, dirigente panificador en El Alto.
Castillo también detalló que el gremio ha realizado depósitos para adquirir la harina subvencionada que el gobierno debía entregarles, pero la deuda de Emapa se ha acumulado desde junio.
La situación es similar en la ciudad de La Paz, donde los panificadores han efectuado hasta tres pagos sin recibir el producto. “Nosotros pagamos, pero ya desde septiembre no nos entregan harina. Y el lunes tendríamos que hacer el próximo pago, pero muchos hemos decidido no hacerlo”, explicó un panificador.
Una distribuidora de pan en Villa Fátima relató que ha intentado paliar la escasez adquiriendo harina a precios más altos, pero ha decidido detener su producción. «Compré harina más cara, pero no conviene. Hoy día no he trabajado porque ya no tengo harina. Si el Gobierno entrega ahora, el lunes trabajaré; si no, ya no me conviene.»
El gremio no descarta una posible protesta, aunque la decisión aún está en evaluación. Castillo señaló que, en cuanto Emapa restablezca la entrega de harina en mayores cantidades, “se reanudará la elaboración del pan de batalla”.
El dirigente recordó que en 2019 y 2020, si bien hubo irregularidades en la entrega de harina, los precios no habían subido tanto como ahora, cuando los costos de insumos y harina se han duplicado. Esta alza ha incrementado las dificultades del sector panadero, que enfrenta costos cada vez mayores y una dependencia de la harina subvencionada.
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