El precio del tarro grande supera los Bs 90, reflejando la creciente presión sobre la economía familiar.

El constante incremento en el precio de los productos básicos golpea con fuerza el bolsillo de las familias bolivianas. Uno de los casos más comentados en los últimos días es el del Nescafé, cuyo tarro grande ha alcanzado un valor de entre Bs 90 y Bs 95, en los mercados y supermercados de la capital y en otras provincias del departamento del Beni, un precio que hace apenas unos meses era impensable.

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Hasta hace poco, este producto se encontraba en el mercado entre Bs 30 y Bs 40, lo que permitía a muchas familias disfrutarlo de manera habitual. Hoy, sin embargo, su consumo se ha convertido en un lujo reservado para quienes aún pueden afrontar estos costos.

Este fenómeno no es aislado. La subida de precios en artículos de primera necesidad «desde alimentos hasta productos de limpieza» se ha convertido en una constante, generando incertidumbre y preocupación tanto en consumidores como en pequeños comerciantes.

“Cada día nuestra moneda boliviana vale menos. Ya no sabemos adónde vamos a parar”, lamenta una ciudadana afectada por esta escalada inflacionaria.

Frente a esta situación, muchos hogares buscan reemplazos más económicos o prescinden completamente de productos que antes formaban parte de su rutina diaria. El café instantáneo, por ejemplo, está siendo sustituido por infusiones locales más asequibles o incluso por café molido, en un intento por amortiguar el impacto económico.

La creciente sensación de pérdida del poder adquisitivo refleja una realidad que exige atención urgente. El acceso a productos básicos no debería convertirse en un privilegio. El caso del Nescafé es solo la punta del iceberg.

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