Desde la cárcel de El Abra, en Cochabamba, el excomandante del Ejército Juan José Zúñiga declaró que la toma militar del 26 de junio de 2024 no fue un golpe de Estado, sino una maniobra utilizada por el Gobierno para mejorar su imagen. En entrevista con el medio argentino Data Urgente, aseguró que el objetivo de las autoridades era generar confrontación y victimizarse frente a la crisis social. “He visto que ellos querían generar un enfrentamiento con la Policía, con los movimientos sociales, para subir la popularidad y victimizarse”, sostuvo. Negó además haber tenido intenciones golpistas, afirmando que un verdadero intento de golpe habría sido ejecutado en la madrugada, no a las 15:00, y con mayores recursos que solo “15 tanquetas”.

Zúñiga también rechazó las acusaciones sobre su supuesta relación con un “gabinete civil” presentado por el Ministerio de Gobierno en un documental, al que calificó como “montado”. Aseguró no conocer a los involucrados y señaló que se está utilizando su caso como excusa para perseguir a personas inocentes. “Han mostrado un gabinete ministerial que nunca he conocido. Al único que conocía de ese gabinete que he visto es al señor (Jorge) Valda, pero por las redes sociales”, expresó.

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Finalmente, denunció que se le ha negado el derecho a contar su versión de los hechos y que desde su encarcelamiento se ha promovido un relato oficial que presenta una amenaza inexistente. “Desde ese momento ellos, desesperadamente, han ido creando el fantasma del golpe de Estado. No me han dejado decir mi verdad”, afirmó. Su declaración apunta directamente a una estrategia comunicacional del Gobierno para legitimar su accionar y desviar la atención pública.