Tras más de 90 días de incendios forestales en Bolivia y la devastación de más de siete millones de hectáreas, el Gobierno ha declarado «desastre nacional» para gestionar ayuda internacional y enfrentar la crisis.

El presidente del Estado, Luis Arce, firmó este lunes un Decreto Supremo que oficializa la declaratoria de desastre nacional debido a la magnitud de los incendios forestales que azotan al país. La medida tiene como objetivo central proteger el medio ambiente, la salud y la vida de las personas, así como la biodiversidad, que ha sido severamente afectada.

El anuncio se realizó en Santa Cruz, tras una reunión del mandatario con autoridades locales, donde también se confirmó que la situación ha sobrepasado la capacidad técnica y económica del Estado. La normativa establece que en casos de esta magnitud es necesario gestionar cooperación internacional para hacer frente al desastre.

«Estamos hablando de créditos por cerca de 75 millones con la Corporación Andina de Fomento y otros 250 millones de dólares con el Banco Interamericano de Desarrollo, que están pendientes de aprobación en la Asamblea Legislativa», señaló Arce, subrayando que los recursos serán destinados a la compra de aviones, helicópteros, y equipamiento para combatir los incendios.

La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, también confirmó la decisión conjunta con la Gobernación de Santa Cruz, declarando que la situación no podía postergarse más debido a los daños causados por los incendios, que siguen activos en varias regiones del país.
El Gobierno espera que la Asamblea Legislativa agilice la aprobación de los proyectos de financiamiento para mitigar los incendios y endurecer las normativas vigentes. Entretanto, se continuará con las gestiones internacionales para recibir la ayuda necesaria en esta emergencia nacional.