Los primeros números de la mayor tragedia ambiental provocada por los incendios forestales en Bolivia muestran que Santa Cruz ha sido la región más golpeada. Allí, los equipos de contención fueron desbordados y se llegó a organizar evacuaciones de comunidades. Hay autoridades municipales que se quejan porque la atención no ha llegado.
Según el último reporte de la a Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosque y Tierra (ABT), hasta el 28 de septiembre existían 5.633 focos de calor; 4.075 (72%) en Santa Cruz, 1.323 en Beni, 238 en La Paz, 20 en Cochabamba, 6 en Pando y 1 en Tarija. Este mismo informe, actualizado al 28 de septiembre, establece la existencia de 22 incendios de gran magnitud, o mega incendios en 10 provincias de Santa Cruz. San José de Chiquitos, Concepción, Urubichá y San Rafael, cada uno de estos municipios enfrentó hasta tres mega incendios en sus respectivos territorios. Son las regiones más devastadas y aún falta la consolidación de estos datos.
San Ignacio de Velasco, Ascensión de Guarayos y San Miguel enfrentaron a dos incendios a gran escala, mientras que Roboré, Puerto Quijarro y San Matías enfrentan a un gran incendio.
El Comité de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) de Santa Cruz informó que este año fue el más devastador de la historia del país, pues ya superó los números de la tragedia de 2019, cuando el área afectada por el fuego en todo el país fue de 5,3 millones de hectáreas. Este año, solo en Santa Cruz, esa cifra ya ha sido superada. “El mayor desastre ambiental que ha vivido el departamento de Santa Cruz es en esta gestión, son más de siete millones de hectáreas que han sido devastadas. Lamentablemente, continúan y persisten estos incendios provocados”, informó el 28 de septiembre el coordinador del COED, Jhonny Rojas.
Ese mismo día salió el reporte de la ABT que refleja la cantidad de mega incendios, todos en territorio cruceño, así como la concentración de focos de calor, el 72%, en esa región del territorio nacional, precisamente, con datos actualizados, a esa fecha. La ABT, sin embargo, señala que hasta el 31 de agosto se habían quemado 3,87 millones de hectáreas, una extensión mayor al departamento de Tarija; 40% de esa área corresponde a bosques.
Si bien el gobierno declaró en emergencia aún no actualizó los datos a escala nacional. Expertos mancipan que el área destruida por el fuego puede llegar en total a nueve millones de hectáreas.
Pedidos de ayuda
La pasada semana, el alcalde de San Rafael, Jorge Vargas, no aguantó la tristeza por la que está atravesando su municipio. Criticó la falta de apoyo del Gobierno.
“Medio millón de hectáreas han sido arrasadas por el fuego, y no tenemos suficiente ayuda”, afirmó Vargas entre llanto. Luego, el Gobierno, a través del viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, cuestionara la postura de Vargas y dijo que se enviaron bomberos y militares a la zona de San Rafael de Velasco.
“Rechazo contundentemente las declaraciones del alcalde (de San Rafael). En agosto, movilizamos a 34 efectivos militares para controlar un incendio en su municipio, y hace dos semanas le enviamos ayuda humanitaria para 670 familias” afirmó.
El viceministro también anunció que instalarán un comando de incidencias en San Rafael y movilizarán nuevamente al Regimiento de Infantería para enfrentar los nuevos eventos. Como mencionó el informe de la ABT, tres mega incendios golpearon el municipio de San Rafael.
Además, explicó que Defensa Civil monitorea los incendios por satélite y que es responsabilidad de las autoridades locales comunicarse para recibir apoyo.
Según Vargas, hasta el viernes no se había instalado el comando de incidencias y admitió que ya pidió más apoyo para las familias. Según los propios datos gubernamentales, en un periodo de tres semanas, entre el 8 y el 31 de agosto, la superficie quemada en Bolivia aumentó en 1,7 millones de hectáreas. En septiembre, por efecto de las quemas, Santa Cruz enfrentó una situación de emergencia sanitaria por la mala calidad del aíre y hay reportes de millones de animales muertos.
Un informe del Observatorio del Bosque Seco Chiquitano (OBSCh) de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC) reveló, por ejemplo, que el incendio en el Área Natural de Manejo Integral (ANMI) San Matías, en Santa Cruz, devastó más de 197.000 hectáreas. La superficie afectada es tres veces mayor que el área urbana de Santa Cruz de la Sierra.
Al respecto, Daniela Justiniano, coordinadora de la organización Alas Chiquitanas, explicó que desde esa entidad se realizan campañas solidarias para llevar ayuda a regiones afectadas por los incendios. La activista cuestionó que los diferentes niveles del Estado no emitan datos oficiales sobre estas afectaciones.
Por ahora, la vida silvestre se va junto con los árboles que tardaron en crecer décadas. El trabajo de los bomberos voluntarios y guardaparques que combaten los incendios, a pesar de las limitaciones logísticas, de equipos, de combustible y de agua, fue valorado por las comunidades.
Pero, hay regiones donde la ayuda todavía es escasa. El Gobierno ahora se dedica a apagar los incendios con equipos especiales, como el Tanker Electra T481, que realiza vuelos por las zonas afectadas. También está operando un helicóptero Airbus.
El Deber
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