El contrabando a la inversa sigue burlando los controles del Estado, mientras productos esenciales desaparecen de los mercados locales y encarecen el costo de vida de las familias tarijeñas

El contrabando a la inversa de productos alimenticios, especialmente carne y aceite, hacia territorio argentino, genera susceptibilidad en Tarija. Aunque el Gobierno nacional ha desplegado operativos y asegura tener control en las fronteras, desde el propio departamento advierten que los contrabandistas han reconfigurado sus rutas para esquivar la vigilancia y seguir drenando alimentos fuera del país.

Grupo de WhatsApp

La preocupación aumenta al ritmo de la escasez. En los mercados tarijeños el aceite y la carne de res escasean y están caros, mientras las autoridades no terminan de responder, ¿por dónde está saliendo el alimento producido en Bolivia?

Contrabando soterrado: las rutas no visibles

Las acciones oficiales se concentran en puntos visibles, como las ciudades fronterizas de Bermejo y Yacuiba, pero las denuncias apuntan a un fenómeno que opera en silencio por caminos secundarios y pasos no controlados.

Comunidades como La Mamora y Mecoya, en el municipio de Padcaya, han sido identificadas como zonas de tránsito irregular. Estos accesos, que conectan con Los Toldos y Mecoyita en territorio argentino, permiten el paso de productos sin que exista un control efectivo.

Además, caminos rurales como Chaguaya, Camacho o Rejará, utilizados habitualmente por comunarios y transportistas, también están bajo sospecha de ser corredores para el tráfico de alimentos y combustibles hacia Villazón.

A pesar de los esfuerzos de instituciones como la Aduana Nacional, la Oficina de Defensa del Consumidor (Odeco) y la Federación Departamental de Juntas Vecinales (Fedjuve), que recientemente realizaron inspecciones en Bermejo y Yacuiba, el contrabando de alimentos no ha sido detectado directamente.

Los productos más contrabandeados

Según datos del Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando, entre los productos más decomisados por el Comando Estratégico Operacional de Lucha Contra el Contrabando (CEO – LCC) se encuentran alimentos de la canasta básica boliviana.

Solo en lo que va del año, las autoridades han incautado: 101.300 kilogramos de carne de res; 20.908 kilogramos de carne de pollo; 18.560 kilogramos de carne de cerdo; 182.606 unidades de huevo; 27.500 litros de aceite; 33.252 quintales de azúcar; 12.146 quintales de maíz; y 259 cabezas de ganado ovino.

En paralelo, también se detectó la salida ilegal de productos como quinua, harina de trigo y combustible. Los operativos permitieron el decomiso de más de 147.000 litros de diésel y gasolina, además de 814 garrafas de GLP.

¿Por dónde sale la carne?

El presidente de la Fedjuve, Celestino Barro, quien ha participado activamente en los operativos realizados en la frontera, reconoce que no se ha podido interceptar directamente el contrabando de carne o aceite, pero plantea una duda que preocupa: “¿por dónde están saliendo?”.

Barro recuerda que hace semanas que en los mercados de Tarija es difícil conseguir carne de calidad a precios razonables. El aceite también se ha encarecido. Ambos productos figuran entre los más contrabandeados, pero las autoridades no logran cerrar los canales de fuga.

La Fedjuve propone una solución poco convencional, escoltar los camiones frigoríficos que traen carne desde Santa Cruz hasta los mercados locales, para evitar desvíos en ruta. La medida busca garantizar que el producto llegue realmente a su destino y no termine alimentando un mercado ilegal en el exterior.

La magnitud del problema excede a Tarija, pero en este departamento el impacto se siente de forma directa. Alimentos que deberían abastecer a los hogares locales terminan en mercados argentinos, donde se pagan precios mucho más altos, generando una dinámica rentable para el contrabando.

“Hemos pasado al frente (lado argentino), y consultamos de dónde ellos se abastecen de mercadería para cocinar, ellos habían sabido cruzar a la banda (lado boliviano) donde compran la carne más barata. (…) nosotros vamos a seguir trabajando en esto para ver que podamos dar por dónde es que están sacando la carne”, manifestó Barro.

///EL PAIS////