Para ellos, estudiar es posible, incluso en momentos difíciles como hoy. Los universitarios se apoyan en becas, trabajos on-line, ventas por RRSS y emprenden a pequeña escala. Dicen que incluso subió el precio de los asesores de tesis.
La crisis económica ha golpeado a todos los sectores y el de los universitarios bolivianos no es la excepción. En un anterior reportaje esta casa periodística dio cuenta de que el número de matriculados en la universidad estatal cruceña bajó notablemente. De los 120.000 alumnos regulares que tenía en 2022, para el primer semestre de este año, la cifra había caído a 98.000. Pero no es que solo han abandonado, sino que están buscando la forma de generar ingresos, teniendo dos y hasta tres trabajos para primero subsistir y luego seguir estudiando.
Frente al alza de mensualidades de universidades, el encarecimiento del transporte y el de los materiales, muchos jóvenes han tenido que sacrificar horas de estudios sin abandonar sus sueños. Aquí te contamos cómo lo están logrando: trabajando, emprendiendo, o también asumiendo múltiples roles.
“Trabajo para una empresa americana de transporte pesado y así pago mis estudios”
S.G. estudia Marketing y Publicidad en una universidad que ofrece la opción de obtener título a nivel técnico. A diferencia de muchos estudiantes que cursan seis materias por semestre, él optó por una estrategia distinta: “Ya que mi universidad es modular, solo agarro una materia al mes”, cuenta. Esa decisión le permite mantener su empleo y costear los gastos de su educación.El incremento en los costos también lo llevó a tomar acciones. “Mi mensualidad tuvo un incremento de un 30%. Opté por buscar un empleo que me dé la posibilidad de cubrir mis gastos y hacer doble turno o horas extras cuando se me da la posibilidad”.
Actualmente, trabaja en el sector del transporte para una empresa estadounidense. Es un empleo formal, donde se desempeña en el área de logística y ventas, por lo que consigue generar Bs 4.000 y más sus comisiones. Su labor consiste en administrar transporte pesado de cargas y mudanzas que operan en Estados Unidos, mediante llamadas y correos. Él y su equipo son los encargados de cerrar contratos entre clientes que requieren el servicio y camioneros disponibles para cumplir con dichos trabajos.
“Tengo un trabajo desde Bolivia para una empresa estadounidense en logística aduanera”
L.B. cursa estudios en una universidad privada, una de las primeras que se creó en Santa Cruz. Si bien sus padres la ayudan económicamente y cuenta con una beca, decidió tomar la iniciativa de buscar una fuente de ingresos propia. Trabaja de forma remota para una empresa estadounidense en el rubro de logística aduanera. “Soy broker de couriers, encargada de mercaderías de emergencia, lo que se conoce como emergency logistics y gana 1.000 dólares al mes”, explica.
Su empleo es una ventana al mundo laboral globalizado, que le permite ganar bastante experiencia y también sumar recursos para no depender completamente del apoyo familiar.
Trabaja, estudia y tiene un emprendimiento
Fabiana Sánchez estudia en una universidad privada asentada en el norte de la ciudad. “Mis estudios me los pago yo misma, ya que mi padre, al ver que yo trabajaba, no se quiso hacer cargo, lo cual me puso en aprietos porque no ganaba mucho en ese entonces. También ayudaba en algunos pagos en casa, no porque mi mamá me lo pida, sino porque me siento en la obligación de ayudar como hija y por todo lo que hizo por mí”, expresa.Para sobrellevar la situación, combina su trabajo fijo con un emprendimiento. “Aparte del trabajo seguro que tengo, me ayuda mi emprendimiento. Por las noches, después de salir del trabajo y de la universidad, me dedico netamente a eso. Mediante las ventas por TikTok en vivo, gracias a Dios mi emprendimiento está por excelente camino. Tengo estrategias en ventas, soy buena hablando y convenciendo a la gente para que compren mis productos”.
Además, se ha convertido en mayorista: “Igual me volví mayorista, ayudando a otros emprendedores a salir adelante en estos tiempos de crisis. No me considero mezquina, así que siempre que me piden consejos de mi emprendimiento o carrera, los doy”.
Sobre el costo de su carrera, explica: “La mensualidad subió un poco y eso me preocupa demasiado, porque cada vez uno se siente más apretado en el tema económico. Pero me considero una persona que no se queda quieta y puede con varias cosas a la vez”. Actualmente también trabaja formalmente en una cadena televisiva, donde se desempeña como talento digital.
Creatividad para sobrevivir y tener tres trabajos Fabiane Moreno es actriz, presentadora y modelo. Los dos primeros años en la universidad los pagaron sus padres, pero ahora, la situación económica la llevó a hacerse cargo de su educación. “Ahora me los pagué yo los dos últimos años, también me va mejor en el tema laboral”, relata.Su estrategia es lo más clara posible: “Voy a trabajar más, es no parar nunca. Más trabajo tengo, más estudio. No me es factible agarrar pocas materias porque mientras más rápido acabo, menos deudas con la universidad tengo”.Fabiane ha encontrado una forma de diversificar sus ingresos: “Gracias a Dios me va muy bien en mi trabajo como actriz en Chaplin Show, como presentadora en Tigo Sports y como modelo independiente para varias marcas, a través de mis redes sociales. Incluso encontré mi nueva fuente de ingresos: empezar a vender ropa de segunda mano por lives de TikTok”.Una de sus estrategias para enfrentar la crisis es pagar al contado: “Pagar al cash y así obtener descuentos de parte de la universidad”, es la mejor opción para poder ahorrar un poco más. Cuando estudiar y vender es parte del mismo sueño Eduardo Landívar estudia arquitectura en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm), donde sus padres financian todo lo relacionado con sus estudios. Aun así, busca estrategias para no gastar más de lo necesario. “Lo que hago es tratar de reutilizar lo más que pueda materiales a la hora de hacer maquetas y láminas”, comenta.
Comparte su tiempo estudiantil con el de emprendedor. Tiene una marca de poleras con diseños urbanos cruceños. Para enfrentar la crisis, ha adaptado su modelo de negocio: “Lo afrontamos de manera que jugamos con la exclusividad, no sacando tantas prendas por colección para que no perdamos dinero y sea rentable. Pero sí, los precios de las telas han aumentado un porcentaje, y ese costo nos toca asumirlo a nosotros para mantener el mismo precio base”. Su universidad incrementó en un 10% el costo
En una de las universidades apostadas en la carretera al norte, A.G. otro estudiante universitario, también enfrenta el aumento de las tarifas que fue de un 10%, “sube gradualmente», comenta. El incremento ha sido absorbido por sus padres, pero él ha asumido parte de la carga trabajando formalmente como instructor personalizado en un gimnasio. “Soy coach, y mi remuneración es de Bs 1.200 por asesorar en dieta, en entrenamiento y dar seguimiento”, detalla. El trabajo le ha permitido sostener sus gastos personales sin depender completamente de su familia. Invierte en dólares y USTD Por otra parte, S.Z., estudiante de una sucursal de una universidad cochabambina, también es apoyado económicamente por sus padres.
A diferencia de otros, indica que la mensualidad de su universidad no tuvo ningún tipo de incremento, pero de todas formas ha buscado maneras de generar ingresos propios. Trabaja en el sector informal y, como parte de su estrategia financiera, invierte en dólares y USDT (una criptomoneda estable). “Es una forma de mantener el valor del dinero ante la inflación”, explica. Becas que ayudan mucho Abril Martínez, estudiante de otra universidad cochabambina con sucursal en Santa Cruz, es beneficiaria de una beca para los mejores bachilleres, que cubre el 50% de sus estudios. “La beca me ayuda mucho, dado que la mensualidad es bastante alta”, comenta. El resto de los gastos son cubiertos por sus padres.
Maneja con Uber y estudia S.A. es estudiante de una universidad privada apostada en la zona de Equipetrol, sus padres son quienes pagan sus estudios. Aunque menciona que algunas cuotas han subido aproximadamente Bs 200 por alumno, su situación no se ha visto tan afectada. Aun así, decidió buscar ingresos extra y actualmente trabaja de forma independiente como conductor de Uber. “Trabajo 5 horas al día, y gano entre Bs 170 y 200 diarios”, dice. El trabajo informal le permite mantener una rutina académica sin dejar de generar recursos para sus necesidades básicas.
Los tutores de tesis han subido sus precios Algunos tutores de tesis han incrementado sus tarifas y el aumento ha sido significativo, para muchas familias representa un nuevo desafío económico, según nuestra reportería, pasaron de cobrar $us 300 a $us 500.El que varios asesores académicos subieran sus precios impactó directamente en el presupuesto familiar de estudiantes como Andrea Herrera. «Mis padres son quienes están cubriendo ese gasto y decidieron pagarlo en cuotas para que no se les haga tan pesado», cuenta. En un esfuerzo por contribuir, ella también ha buscado trabajos extra que le permitan generar un ingreso modesto, pero bastante relevante para sobrellevar la crisis.
Andrea tiene claro que abandonar sus estudios no es para nada una opción viable. Por el momento se desempeña como pasante en una agencia de marketing, una experiencia que considera valiosa, no sólo en términos académicos, sino también personales. “Es una experiencia interesante que me permite aplicar lo aprendido en clases y ganar experiencia para un futuro trabajo”, expresa. Esa visión a largo plazo, enfocada en la formación profesional, también está motivada por el deseo de ayudar a su familia con los gastos.Por suerte, cuenta con una beca que cubre el 50% de su mensualidad. “En mi caso, el aumento de la mensualidad no fue muy notorio gracias a la beca”, dice con alivio. Sin duda alguna es consciente de que no todos sus compañeros tienen la misma suerte y muchos deben hacer todo tipo de malabares para sostener de alguna forma su educación.
La historia de Andrea es una entre muchas jóvenes que, a pesar de la incertidumbre económica, se esfuerzan por mantener el rumbo, trabajar cuando pueden, reducir gastos y apoyarse en sus familias o en oportunidades como becas o pasantías. Su compromiso con la educación es también una forma de resiliencia ante las adversidades que se están presentando, una apuesta firme de los estudiantes de Bolivia por un futuro mejor.
///EL DEBER///
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