Thales, la compañía que vendió 13 radares a Bolivia en 2016, está siendo investigada en tres países europeos por corrupción en la venta de equipos militares a Brasil.
Thales, la empresa francesa especializada en defensa, vendió en 2016 a Bolivia 13 radares para la vigilancia del espacio aéreo. Sin embargo, esta compañía ahora enfrenta serias acusaciones de corrupción en Europa. Investigadores y fiscales de Francia, España y Países Bajos allanaron las oficinas de Thales la semana pasada en el marco de una investigación por delitos de corrupción relacionados con la venta de equipos militares a Brasil.
Esta investigación, dividida en dos fases, comenzó en 2016 y se amplió en junio de 2023. Los cargos incluyen corrupción de funcionarios públicos extranjeros, corrupción privada, blanqueo de dinero y tráfico de influencias. La operación reciente involucró a 65 investigadores y 12 fiscales especializados.
La agencia francesa AFP confirmó que la investigación abarca las ventas de submarinos y la construcción de una base naval en Brasil. En Bolivia, los radares vendidos por Thales aún no operan con normalidad a pesar de estar instalados en varias regiones del país.
En respuesta a la compra de estos radares, Bolivia creó el Comando de Seguridad y Defensa del Espacio Aéreo (Cosdea) con base en Cochabamba. Los 13 radares, adquiridos por $225 millones, se distribuyen entre uso civil y militar, con el objetivo de mejorar la vigilancia aérea y combatir vuelos ilícitos. Sin embargo, la falta de un convenio entre la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) y la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) ha impedido la plena operatividad de estos sistemas.
El ministro de Defensa de Bolivia, Edmundo Novillo, indicó que se esperan negociaciones adicionales con Thales para la activación completa de los radares. El exministro Reymi Ferreira aseguró que todos los radares están operables en Bolivia, aunque aún no están completamente interconectados.
El caso de los radares de Thales refleja las complejidades y desafíos en la implementación de tecnología de defensa en Bolivia, mientras la empresa enfrenta una investigación internacional que podría tener implicaciones significativas para sus operaciones globales.
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